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miércoles, 6 de julio de 2016

Que no sean mis palabras

La mayoría hemos leído el texto donde dice que "de la abundancia del corazón habla la boca" (Lc 6:45). Es tiempo de examinarnos a nosotros mismo a la luz de nuestras palabras, la forma en que hablamos de las personas, lo que hablamos con respecto a nuestras experiencias diarias y como nos expresamos con respecto a nosotros mismos, a nuestro futuro, etc.

Cada cosa que decimos afecta de manera directa la atmósfera espiritual bajo la cual vivimos y es como semilla que cae en tierra e indefectiblemente dará un fruto. Pide al Espíritu Santo que tome control de tu lengua y que libere poder y bendición por medio de lo que hablas.


Espíritu Santo, en el nombre de Jesús te pido que hables tu y no yo. Toma el control de mis palabras por favor por medio de la transformación de mi corazón.

"Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, 
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío."  
SALMOS 19:14

Pr Alejandro Gil Sánchez
mision.sembradores@gmail.com

lunes, 23 de mayo de 2016

La Visita de Jesús

Un tiempo de bendición y avivamiento...
En Medellín - Colombia.


Informes:
mision.sembradores@gmail.com

lunes, 2 de mayo de 2016

El mejor vino

Hace pocos días aprendí lo que significa este pasaje y tras leer todo el contexto, me revelaba el Espíritu Santo la importancia de enseñar algo que una vez El me dijo:

"La disciplina es el recurso amoroso de Dios que nos libra de Su ira"

Resulta que Moab era un pueblo que no había sido disciplinado por Dios y estaba lleno de sedimento del pecado. El profeta Jeremías está anunciando el juicio de Dios sobre Moab; la ira de Dios preparada para una generación llena de impiedad y pecado. Y antes de dar detalles de como sería juzgado el pueblo moabita, El profeta Jeremías (bajo inspiración divina) usa una excelente ilustración de como lo que sucede al mejor y más puro vino, fue lo que le faltó a Moab: Un proceso de decantación.

La decantación del vino consiste (desde tiempos antiguos) en limpiar los sedimentos del vino por medio del cambio de vasijas. Era necesario vaciar el vino una y otra vez hasta que fuera libre de "impurezas" y su aroma y sabor fueran exquisitos. La decantación va dejando los sedimentos atrás en la vasija anterior y permite que el vino se oxigene para que este, como lo mencioné, pueda ser exquisito en aroma y sabor.

He pasado por procesos de disciplina y dificultades; eventos variables en tiempo de duración, intensidad, complejidad, etc; y no ha sido fácil ni agradable. Lo cierto es que puedo mirar hacia atrás con gozo y ver como Dios me ha perfeccionado; también puedo mirar hacia adelante con esperanza y libre de temor porque se que mi redentor vive y que Su propósito es exhibir Su gloria en mi.

Los problemas y dificultades te oxigenarán, refinarán tu fe y serás investido con mayor autoridad espiritual. Esto sucederá si asumes "la decantación" de Dios con humildad y te dedicas a buscar Su presencia y adorarlo en espíritu y verdad.

Por esta razón no es extraño lo que Jesús le dijo a Pedro con el propósito eterno de perfeccionarlo como columna de la iglesia primitiva:

"Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos."
Lucas 22: 31-32

¿Notas algo curioso? - Jesús no le dijo que lo libraría de esa prueba sino que había orado para que su fe no desfalleciera. Dios no estaba interesado en librar a Pedro de esa "decantación" sino que más bien estaba interesado en perfeccionarlo para que pudiera cumplir con la gran comisión y establecer efectivamente el Reino de Dios en la tierra. 

Ser el mejor vino no es fácil pero es glorioso... Deja que Cristo viva, y tu mengua para que tu proceso sea sobrenatural.

Que el Espíritu Santo te de entendimiento y paz.

Pr Alejandro Gil Sánchez.
mision.sembradores@gmail.com

martes, 8 de marzo de 2016

No maldigas al príncipe

¿Sabías que una persona en autoridad espiritual es considerada delante de Dios como un príncipe?

Si bien es cierto que todos los hijos de Dios por medio de Jesucristo somos reyes y sacerdotes (Apocalipsis 1:6), los llamados a dirigir la iglesia poseen "un manto de autoridad" y mayor responsabilidad a causa del cuidado de la iglesia ( Hebreos 13:17).

Cuando Pablo dice estas palabras en el texto de la reflexión, el recordó lo dictado por el Señor en Su palabra:

"No maldecirás a Diosni maldecirás al príncipe de tu pueblo"  Éxodo 22:28

Para Pablo era claro que el haber declarado verbalmente un juicio contra el sumo sacerdote Ananías (Hechos 23:1-5) había sido un error porque claramente Dios había dejado instrucción al respecto desde el Antiguo Testamento. Es interesante y curioso, que el mandato de no maldecir a un príncipe del pueblo (líder civil y religioso en Israel) estaba en el mismo renglón y como continuación del mandato de no maldecir a Dios. El Señor no está diciendo que los ministros del evangelio tenemos licencia para pecar o abusar de nuestra autoridad espiritual, pero si está dejando claro que el pueblo no puede abrir su boca para maldecirnos bajo ninguna circunstancia ni por causa alguna. Este aspecto reposa sobre un principio sólido de respeto y honra en la tierra (así como en el cielo) a toda autoridad, como señal profética de que estamos dispuestos a honrar y obedecer a Dios aunque no nos convenga Su voluntad y/o no la comprendamos. He visto que las personas rebeldes y que suelen maldecir todo tipo de autoridad y profieren juicios con su boca, aún siendo cristianos, están más propensos a defender herejías, dividir iglesias, guardar amargura en su corazón y tener toda clase de conflictos emocionales y espirituales. 

Reitero que esta reflexión no busca escudar el pecado de un pastor ni avalar el abuso de la autoridad espiritual; esta reflexión pretende explicar porque hay tantos cristianos que tienen problemas de sanidad interior y dificultades no resueltas en diferentes áreas de sus vidas. Aquellos que maldicen la autoridad y profieren juicios contra ministros del evangelio, se ponen un lazo en el cuello y le dan legalidad al maligno para que los oprima. Es por esta razón que David no se atrevía a matar a Saúl (1 Samuel 24:6) a pesar de que podía hacerlo y tenía motivos de peso para eliminar ese enemigo de su camino.

Que Dios nos libre de maldecir a nuestro líderes civiles y espirituales. Que los dichos de nuestra boca sean agradables al Eterno en todo tiempo.

Pr Alejandro Gil Sánchez.

lunes, 22 de febrero de 2016

La honra: Tributo precioso

Todos estamos pendientes de que nos paguen lo justo en el trabajo, en los negocios, cuando prestamos dinero, etc; pero pocas veces somos conscientes de que la honra (prueba pública de respeto) es una deuda igual de importante que todos tenemos con ciertas personas y que "no hemos pagado".

Jesús enseñó que debemos hacer con los demás como queremos que hagan con nosotros (Mateo 7:12), lo que implica que de ninguna manera tiene sentido exigir que me paguen mis deudas cuando yo no pago las que tengo con los demás. 

A veces resulta relativamente sencillo estar al día económicamente, pues el dinero es un bien material que puedo obtener finalmente después de trabajar o hacer negocios; pero la honra, el respeto y el honor... ¡qué difícil es reconocer que tenemos esa deuda con otros! - Hay principios espirituales que Dios estableció y uno de esos es pagar lo que nos corresponda pagar. De hecho, la honra a nuestros padres ya era bien importante desde los comienzos de la humanidad (Génesis 9:18-27) y era el puente a la bendición o a la maldición. Tiempo más tarde, Dios entrega a Moisés el mandato de la honra a los padres para ser bendecidos con largos años de vida y prosperidad.

También podemos entender en el contexto de Romanos 13 que toda figura de autoridad es digna de obediencia, respeto y honra, lo cual es dictado por el apóstol Pablo como un mandato, no como una sugerencia.

¿Quieres que te paguen tus deudas? - ¿Quieres ser prospero en todo lo que hagas? - ¿Quieres que te respeten? - ¿Quieres vivir muchos años en la tierra?

Pues entonces hijo de Dios haz lo correcto. Paga a los demás lo que corresponda, y especialmente tributa honor, respeto y honra a las figuras de autoridad, a tus padres, a tus pastores, etc.

Que El Señor Jesucristo te bendiga y te conceda entendimiento.


Alejandro Gil
mision.sembradores@gmail.com

miércoles, 17 de febrero de 2016

Licenciatura en teología para ministerio cristiano

Saludos mis hermanos. Gustosamente les anuncio nuestra incursión en la educación teológica virtual para el ejercicio del ministerio cristiano.

Dios los bendiga.


jueves, 21 de enero de 2016

¿Juicio o diagnóstico?

Debo ser realista y reconocer que todos los hermanos en Cristo nos hemos tomado atribuciones que El Señor no nos ha permitido; siendo una de esas atribuciones el ser jueces de la iglesia. Es complejo porque estamos llamados a sacar a la luz las obras de las tinieblas y confrontar el pecado, pero hemos confundido esta tarea con el ataque a los hermanos y en vez de ser oponentes del maligno nos hemos convertido en socios del acusador sin resolver a fin de cuentas el problema del pecado en la iglesia.

Una cosa es "juzgar" una persona y otra muy diferente "diagnosticarla". Les daré un ejemplo:

Usted ve en la calle un amigo suyo caminando hacia los lados, como mareado, sosteniéndose de las paredes, con la mirada perdida y sujetando una botella de licor. Posiblemente usted juzgará que está borracho y perdido. Usted se acerca y le habla porque la situación es preocupante, y aunque está un poco decepcionado de su amigo por ese nivel de embriaguez, decide ayudarlo llevándolo a casa pero se da cuenta que ni siquiera el sabe su nombre y algo extraño pasa en su conducta, entonces decide ir a un hospital donde finalmente a usted le explican:

"El hombre que ha traído está bajo el efecto de escopolamina. Fue drogado por delincuentes en contra de su voluntad para así poder robar sus cosas. Detectamos un mínimo nivel de licor en su sangre, al parecer estaba en algún bar o restaurante y apenas habría tomado un par de copas. Seguramente después de robarle lo dejaron suelto en la ciudad con esta botella vacía en su mano para que pareciese embriagado. Gracias por traer a este hombre antes de que hubiese sufrido un daño cerebral o un accidente en la calle".

Quiero ilustrar con esto que el hombre del ejemplo fue juzgado inicialmente como un borracho, pues las evidencias "eran claras", pero luego fue diagnosticado, en ausencia de prejuicios y parámetros morales subjetivos.

Podríamos concluir que este hombre se expuso al peligro por estar en cualquier parte tomando unas copas o acompañado de quien sabe quien; pero más importante aún era diagnosticarlo para poder tratarlo y salvarlo de la muerte.

La medida o vara para medir que debemos usar en la iglesia es la del "diagnóstico". Debemos llamar pecado al pecado y ayudar al hermano a que lo entienda. Esto demanda un corazón sano que sea capaz de hacerlo, pues las personas heridas con amargura y rechazo sencillamente utilizarán las caídas de los demás para desfogar en ellos el peso de sus propias frustraciones pronunciando juicios y veredictos que Dios no ha puesto en sus espíritus.

"Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta,vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, 
no sea que tú también seas tentado." 
Gálatas 6: 1

Emitir un diagnóstico implica buscar el origen del problema y hallar una solución. Emitir un juicio busca oprimir al pecador, humillarlo y establecer sobre el un veredicto para que sufra y pague por su pecado.

"Entonces, llamándolo su señor, le dijo: -Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. 
¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?- 
Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía."
Mateo 18: 32-34

Que el Espíritu Santo nos de sabiduría y nos llene de amor para diagnosticar y no juzgar. Usemos la medida adecuada para que seamos medidos adecuadamente.

Pr Alejandro Gil Sánchez
mision.sembradores@gmail.com