Tus
pensamientos, tu vida.
Lee hoy: Proverbios
23: 6-7
http://www.biblegateway.com/passage/?search=proverbios+23%3A+6-7&version=RVR1960
Reflexión:
Los
actos y palabras de todo ser humano son el producto de sus
pensamientos; generalmente dichos pensamientos han sido alimentados
por experiencias, lecturas, conversaciones, música, televisión,
etc. Podría parecer, en este orden de ideas, que nuestros
pensamientos están por fuera de nuestro control por cuanto son
alimentados por muchas cosas, pero La Palabra de Dios nos enseña que
voluntariamente podemos direccionar nuestra actividad mental y darle
un enfoque agradable a Dios. El proverbio de hoy muestra como la
maldad está anclada en el corazón del ser humano, se mantiene por
los pensamientos y finalmente estos determinan todo un estilo de
vida: “Porque
cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
Transformar
nuestros pensamientos demandará que llevemos una vida que permita
dar buen alimento al alma (allí residen los pensamientos, las
emociones y la voluntad), pues será necesario hacer ajustes con
respecto a las lecturas que hacemos, las conversaciones que tenemos,
el estilo de música que escuchamos, el tipo de películas que vemos,
etc. El alma humana es muy sensible a todas estas cosas y por
desconocimiento de los principios bíblicos, erramos estorbando
nuestro crecimiento interior al no conducirnos como Dios nos
instruye. El Señor de los cielos nos enseña en Su Palabra la
siguiente fórmula para un corazón saludable:
“Y
ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en
todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes
y dignas de alabanza.” Filipenses
4:8 (NTV)
Señor
Jesús. Consagro mis pensamientos a tu voluntad. Oro en tu nombre
para que mi corazón se someta a tu Santo Espíritu y cada
meditación, palabra y acción, reflejen tu existencia en mi. Te
pertenezco Señor Jesucristo; ofrezco mi espíritu, mi alma y mi
cuerpo para que sean tus instrumentos. Amén.
Alejandro Gil Sánchez.