Mateo 5: Humilde
necesitado / Orgulloso necesitado
Lee
hoy: Mateo 5: 1-12
Reflexión:
¿Sabes
que es el reino de los cielos?. El reino de los cielos es por decirlo
así, para mejor entendimiento, la jurisdicción de Dios en los
lugares celestiales, el gobierno supremo de Cristo en los cielos;
donde operan las leyes espirituales que influyen en la tierra, donde
están los misterios del universo y donde está escrita la voluntad
de Dios para que se haga en la tierra. En este pasaje de las
bienaventuranzas, Jesucristo está dando promesas de suprema
bendición (el término griego usado para bienaventurado es
“Makários”, que
significa supremamente bendecido) a quienes viven o son de la forma
en que cada bienaventuranza lo describe. En cada una de ellas se
habla de algo que será dado, pero en los versículos 3 y 10 se habla
de lo que ya es para estos bienaventurados: el reino de los cielos.
Dice
La Palabra de Dios que por medio de estas 2 bendiciones supremas ya
tenemos acceso al reino de los cielos, podemos ir y venir, conocer,
entender y operar desde esa dimensión (suena demasiado inalcanzable
para lo que la tradición religiosa nos ha enseñado). Tan solo es
necesario ser como un mendigo espiritual que está públicamente
tendido en el piso suplicando por limosna (esa es la traducción
llevada a imágenes del término griego “Ptojós” que
usó Jesús en el versículo 3 al hablar del pobre de espíritu). Tan
solo es necesario hacer lo correcto en vida aunque nos cueste
señalamiento y persecución.
Si no
eres un buscador hambriento de Dios, en su palabra, en oración, en
alabanza, llevando una vida piadosa en el Espíritu, seguramente eres
un orgulloso necesitado. Pero si tu que lees esto hoy, estás
dispuesto a ser un humilde necesitado, prepárate, porque serás
lleno del Espíritu Santo, conocerás los tesoros escondidos del
mundo espiritual, tendrás revelación de La Palabra de Dios y
vivirás sobrenaturalmente, porque tuyo es el reino de los cielos, es
decir; tienes libre acceso y derecho a beneficios.
Señor Jesucristo,
ayúdanos por favor; queremos la vida en abundancia, queremos ser
insuficientes delante de ti para que tu seas nuestra suficiencia
absoluta. Queremos experimentar tu reino, sabiendo que ya fuimos
trasladados a ese reino y que podemos disfrutarlo desde ya, por tu
gracia y misericordia. Amén.
Pr Alejandro Gil Sánchez.