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viernes, 1 de agosto de 2014

Reflexión Bíblica: Humilde necesitado / Orgulloso necesitado

Mateo 5: Humilde necesitado / Orgulloso necesitado


Lee hoy: Mateo 5: 1-12

Reflexión:

¿Sabes que es el reino de los cielos?. El reino de los cielos es por decirlo así, para mejor entendimiento, la jurisdicción de Dios en los lugares celestiales, el gobierno supremo de Cristo en los cielos; donde operan las leyes espirituales que influyen en la tierra, donde están los misterios del universo y donde está escrita la voluntad de Dios para que se haga en la tierra. En este pasaje de las bienaventuranzas, Jesucristo está dando promesas de suprema bendición (el término griego usado para bienaventurado es “Makários”, que significa supremamente bendecido) a quienes viven o son de la forma en que cada bienaventuranza lo describe. En cada una de ellas se habla de algo que será dado, pero en los versículos 3 y 10 se habla de lo que ya es para estos bienaventurados: el reino de los cielos.

Dice La Palabra de Dios que por medio de estas 2 bendiciones supremas ya tenemos acceso al reino de los cielos, podemos ir y venir, conocer, entender y operar desde esa dimensión (suena demasiado inalcanzable para lo que la tradición religiosa nos ha enseñado). Tan solo es necesario ser como un mendigo espiritual que está públicamente tendido en el piso suplicando por limosna (esa es la traducción llevada a imágenes del término griego “Ptojós” que usó Jesús en el versículo 3 al hablar del pobre de espíritu). Tan solo es necesario hacer lo correcto en vida aunque nos cueste señalamiento y persecución.

Si no eres un buscador hambriento de Dios, en su palabra, en oración, en alabanza, llevando una vida piadosa en el Espíritu, seguramente eres un orgulloso necesitado. Pero si tu que lees esto hoy, estás dispuesto a ser un humilde necesitado, prepárate, porque serás lleno del Espíritu Santo, conocerás los tesoros escondidos del mundo espiritual, tendrás revelación de La Palabra de Dios y vivirás sobrenaturalmente, porque tuyo es el reino de los cielos, es decir; tienes libre acceso y derecho a beneficios.


Señor Jesucristo, ayúdanos por favor; queremos la vida en abundancia, queremos ser insuficientes delante de ti para que tu seas nuestra suficiencia absoluta. Queremos experimentar tu reino, sabiendo que ya fuimos trasladados a ese reino y que podemos disfrutarlo desde ya, por tu gracia y misericordia. Amén.




Pr Alejandro Gil Sánchez.

jueves, 31 de julio de 2014

Reflexión Bíblica: ¿Desordenado y vacío?

Génesis 1: ¿Desordenado y vacío?



Reflexión:

Leemos en Génesis 1: 1 que Dios creó los cielos y la tierra. La base para el establecimiento de los sistemas de vida estaba completa, y no faltaba ninguno de los elementos que se sujetan a leyes físicas, químicas y biológicas según voluntad del Creador. Luego en el versículo 2 leemos que la tierra estaba desordenada y vacía; lo que implica que la creación tuvo dos fases por así decirlo: 1) Creación de los cielos y la tierra con sus elementos básicos. 2) Activación de los elementos básicos para ordenar y ocupar los cielos y la tierra con los sistemas funcionales y los sistemas de vida que se derivan de dichos elementos por acción divina.

Lo interesante en este trabajo progresivo y sistemático de Dios es que podemos apreciar que la segunda fase de la creación también podemos dividirla en 2 periodos de 3 días cada uno, donde ordena y ocupa respectivamente con la acción de Su poder. Lo explicaré de esta manera; los primeros 3 días fueron usados por Dios para establecer orden y los otros tres días para ocupar lo ordenado:

Día 1: Separación de la luz y las tinieblas. Gén 1: 3-5.
Día 2: Separación del firmamento y la superficie de las aguas. Gén 1: 6-8.
Día 3: Separación de las aguas y la tierra con ordenamiento forestal. Gén 1: 9-10.
Día 4: Ocupación de los cielos con el sol, la luna y los diferentes astros para diferenciar el día y la noche (acorde con el orden del día 1). Gén 1: 14-19.
Día 5: Ocupación de las aguas y el firmamento con especies marinas y aves (acorde con el orden del día 2). Gén 1: 20-23.
Día 6: Ocupación de la superficie terrestre con especies terrestres incluyendo al hombre (acorde con el orden del día 3). Gén 1: 24-27.

Desde que fuimos concebidos ya eramos creación de Dios, un proyecto de vida, criaturas en desarrollo; pero el verdadero orden y la plenitud de vida llegaron cuando Jesucristo nos llamó por Su gracia salvadora. Muchos coincidimos en que nuestras vidas a pesar de ser reales en “términos científicos”, estaban desordenadas y vacías de alguna manera; faltaba “La mano de Dios” para perfeccionar toda creación y darle propósito. Si se hace nuevamente la lectura del pasaje, será fácil notar que después que Dios ordena y llena los cielos y la tierra, hay un propósito en cada sistema funcional y vital del universo que El proporciona gradualmente. Así mismo vamos siendo perfeccionados en Jesucristo, todo no se ordena y se llena en un instante, pero desde el momento en que nacemos de nuevo por medio de la fe en Cristo (después de recibir y entender el evangelio) comienza Dios un proceso de orden y llenura en nuestras vidas.


estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” 
Filipenses 1: 6


Curiosamente el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas desde el principio, lo cual se menciona en La Biblia con el propósito de enseñar que toda orden verbal del Padre Creador es ejecutada con poder por su Espíritu Santo, igual que en nuestra salvación; pues el Espíritu Santo nos abre el corazón al evangelio para que creamos y nos regenera para luego morar en nosotros y hacer el proceso que ya hemos estado explicando.

Muchas verdades por descubrir hay en Las Escrituras, tesoros escondidos que revelan misterios y grandezas de nuestro Señor Jesucristo, quien estuvo presente en la creación y siempre ha tenido el plan de establecer y expandir Su Reino en todos los tiempos por medio de nosotros los hijos de Dios.

Sumérgete en La Palabra de Dios bajo la dirección y guía del Espíritu Santo; conocerás las inescrutables riquezas de Cristo y su Reino Eterno... vivirás de manera sobrenatural.



porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de él y para él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación.” Colosenses 1: 16-17




Pr Alejandro Gil Sánchez.

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martes, 29 de julio de 2014

Reflexión Bíblica: Protección Divina

Salmo 91: Protección Divina


Lee hoy: Salmo 91

Reflexión:

El salmo 91 ha sido usado como amuleto de la suerte por muchos, ya sea porque tienen una biblia abierta en dicha cita adornando la sala de su casa, o porque lo leen como un rezo diariamente. El versículo clave es claro, “El que habita al abrigo del Altísimo...” es a este tipo de personas a quienes se refiere como beneficiarios de la protección divina; quienes habitan al abrigo del Altísimo podrán morar a la sombra del Omnipotente.

Habitar al abrigo del Altísimo implica invocar el nombre de Dios permanentemente, tener una relación diaria mediante la oración y estar siempre en posición de dependencia del Señor. Cuando uno habita, se resguarda, se cubre, se acomoda en ese lugar y establece su morada allí. No sigamos creyendo que porque en nuestra mente hay una creencia o admitimos la existencia de Dios, esto nos certificará como beneficiarios del salmo 91. Debemos ir mas allá de un “pensamiento piadoso” y refugiarnos realmente en Dios, pues lastimosamente muchos llamados cristianos están habitando al abrigo de su dinero, al abrigo de su pareja, al abrigo de su comodidad, al abrigo de cuanta cosa terrenal brinda falsa seguridad. Dependamos realmente del Altísimo, del Omnipotente.

Es cierto que Dios en Su Soberanía protegerá y ayudará a quien quiere, aún si es alguien inconverso, pero no podemos predecir que tendremos la eficiente ayuda divina descrita en el salmo 91 si no hacemos como precisamente nos instruye Dios en Su Palabra.


"Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.  
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos."
Salmo 18: 1-3

Señor Jesucristo, consagro mi ser a ti para que pueda yo vivir conforme a tu voluntad. Enséñame a tener comunión contigo y a habitar verdaderamente bajo tu abrigo y sombra. Renuncio a depender de personas y cosas de este mundo. No es en mis fuerzas, es por medio de ti, del poder de tu Santo Espíritu que mora en mi. Amén.


Pr Alejandro Gil Sánchez.