La
bienaventuranza de dar
Lee
hoy: 1 Reyes 17: 8-16
http://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Reyes+17%3A8-16&version=RVR1960
Reflexión:
Una
de las peticiones más comunes entre los recién convertidos (o
cristianos con fe en temprano desarrollo) es la provisión económica
para suplir sus propias necesidades y antojos, hasta el punto en que
pareciese que han buscado al Señor solamente para que les resuelva
sus problemas financieros o les conceda ser miembros del “club de
la prosperidad”. Los cristianos maduros también necesitan dinero
para suplir necesidades y se lo piden al Señor en oración, pero han
entendido que no toda necesidad se suple con dinero y que no siempre
es necesario ser dueño del papel moneda en efectivo... Dios pone
todo en orden sin que tengamos el dinero en la cuenta bancaria; la
prioridad del cristiano maduro es estar en comunión con Cristo y
confiar en Él (lee Mateo 6: 33).
Tanto
el profeta Elías como la viuda recibieron de Dios provisión
obedeciendo sus instrucciones (las cuales son iguales y más
detalladas para nosotros hoy día porque tenemos La Biblia completa)
basados en la fe. Elías creyó y obedeció a Dios al tener que
depender de una viuda pobre, y la viuda creyó y obedeció a Dios al
dar sustento al profeta con lo poco que tenía para comer con su hijo
y sin esperanza de tener mas. Si quieres ser bendecido
económicamente debes aprender que en medio de la escasez y de la
abundancia debemos dar; dar al pobre, dar a nuestros padres, dar en
nuestros hogares, dar para el sustento de los ministros del evangelio
y las misiones cristianas; nunca retener el salario de los empleados,
pagar impuestos, dar propinas, etc. No esperes a tener para dar... en
el Reino de Dios primero se da y luego se recibe... este es uno de
los milagros cotidianos que puedes experimentar si tienes fe en Dios
y le obedeces.
“Pero
esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente;
y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no
con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
2 Corintios 9: 6-7
Señor
Jesucristo. Tu diste tu vida por quienes no te habíamos dado nada y
nuestro Padre Celestial nos ha dado muchas cosas desde antes que
comenzaremos a honrarlo. Enséñanos a desarrollar tu carácter
dadivoso y que nuestra fe sea fortalecida en el dar, para que
sobrenaturalmente experimentemos saciedad y abundancia con sencillez
de corazón. En tu nombre Jesucristo renunciamos a toda avaricia y
falta de confianza en ti. Amén.
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