Palabras
que labran destino
Lee hoy: Proverbios 18: 20-21
Reflexión:
Personalmente puedo sostener que crecí en medio de una cultura “suelta de lengua”, es decir, acostumbrado a escuchar de niños, jóvenes y adultos frases y palabras necias y/u obscenas para referirse a cualquier tema: deporte, política, ciencia, vida familiar, economía, vida personal, etc. No importa cual sea el estado de ánimo, el estrato social o el nivel educativo.
Por la Gracia del Señor
Jesucristo he aprendido a controlar lo que hablo; El Espíritu Santo
detiene mi lengua y activa mi mente renovada para que medite antes de
hablar o escribir cuando las emociones quieren tomar el control.
Entendí que todo fue hecho por la Palabra de Dios, que todo es
sustentado por la Palabra del poder de Cristo y que en la boca de los
seres humanos puede labrarse el destino de los mismos porque así
determinó Dios que fuesen las cosas, porque sencillamente fuimos
creados a Su imagen y semejanza.
“En el principio la
Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era
Dios. El que es la Palabra
existía en el principio con Dios.
Dios creó todas las cosas por
medio de él, y nada fue creado sin
él.
La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a
todos.”
Juan
1: 1-4 (NTV)
En el nombre del Señor
Jesús podemos usar nuestra lengua para bendecir, orar, alabar a Dios
y glorificar al Señor; esto es parte de nuestro llamado y deber. La
buena mayordomía de la boca desata un poder tan real, que yo mismo
puedo dar cuenta de como mi vida ha sido transformada sustancialmente
desde que aplico este principio espiritual (del cual podría enseñar
un seminario de toda una mañana si fuese el caso). He visto como las
personas estancan su existencia con malas palabras, maldiciones
contra sí mismos y contra los demás, dichos cargados de amargura y
necedad; obscenidades y palabras que huelen a ruina y muerte en vez
de ser aroma de vida, paz y prosperidad.
refrena tu lengua de
hablar el mal y tus labios de decir mentiras.”
1
Pedro 3:10 (NTV)
Dediquemos buenos tiempos
de oración y alabanza a nuestro Señor Jesucristo, para que seamos
transformados integralmente y nuestra forma de hablar “abra el
cielo” sobre nosotros. El uso santo de nuestra boca traerá mucha
bendición a nuestras vidas, pero el uso necio inevitablemente
producirá frutos de maldición tarde o temprano, porque
indefectiblemente el hecho de usar la boca es un acto de
trascendencia espiritual aunque se haga con la carne.
y has quedado
preso en los dichos de tus labios.”
Proverbios 6: 2 (RV60)
Alejandro Gil Sánchez.
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