Mucho tiempo y recursos se invierten para entrenar a los cristianos con el fin de cumplir con la misión evangelística. La pregunta aquí es: ¿Se ha relegado al Espíritu Santo hasta el punto que ni siquiera dependemos de su guía y dirección?
Después de ver este vídeo, recomiendo a nuestros hermanos leer Hechos 8: 26-40.
Bendiciones.
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