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lunes, 11 de agosto de 2014

Génesis 3: Reflexión Bíblica

Contaminación del alma


Lee hoy: Génesis 3: 1-8


Reflexión:

Los seres humanos estamos conformados por 3 esferas esenciales: El espíritu, el alma y el cuerpo. El espíritu nos conecta con Dios, el alma contiene las emociones, el intelecto y la voluntad; siendo el puente que comunica lo espiritual con la vida psicobiológica. Finalmente el cuerpo ejecuta las órdenes del alma pero a la vez alimenta a esta última por medio de los sentidos. El apóstol Pablo fue inspirado por el Espíritu Santo para hacer una importante advertencia sobre el cuidado de los sentidos y su efecto en la vida espiritual: Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” 2 Corintios 11: 3

Adán y Eva estaban en el huerto del Edén, no sabemos exactamente cuanto tiempo había transcurrido entre su origen divino y el encuentro con la serpiente, pero si podemos determinar que el árbol que estaba en medio del huerto (conocimiento del bien y del mal) lo tenían identificado, lo veían frecuentemente y tenían claro que no tomarían su fruto sin la autorización de Dios. Es curioso que después de las engañosas palabras de Satanás en forma de serpiente, Eva comenzara a ver el árbol de una manera diferente; dice La Biblia que lo vio codiciable, que era agradable a los ojos y bueno para comer. Los cristianos posmodernos, osea nosotros, estamos expuestos las 24 horas a estímulos de los sentidos que inevitablemente determinarán lo que pensemos, lo que sintamos y lo que hagamos. Dios es claro en su palabra al llamarnos a vivir en santidad, debemos entender que nuestra fe no es una religión, nuestra fe es una cultura que debe determinar todo nuestro existir para que se haga efectivo lo que declara la oración del Padre Nuestro: “Santificado sea tu nombre, venga tu reino y hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Esa cultura del Reino de Dios empieza en nuestra alma, sometida a la voluntad de Dios, llena de las cosas de Dios, protegida de los contaminantes externos que llegan en forma de música, televisión, conversaciones necias, y ciertas prácticas y celebraciones sociales, etc. Mantén una verdadera comunión con Dios y su Espíritu Santo te llevará a la santidad del alma mostrándote de que te tienes que guardar y como procesar todo lo que recibes por los sentidos.

Señor Jesucristo, en tu nombre ordeno que mis pensamientos, emociones y voluntad se sometan a ti, declaro que mi espíritu es lleno de tu Espíritu y gobierna sobre mi alma. Decido examinar conscientemente lo que mis sentidos captan y llevarlo cautivo a la cruz de Cristo. Amén.




Alejandro Gil Sánchez

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