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viernes, 27 de marzo de 2015

Reflexión Bíblica: Imitando al Padre



Para nadie es un misterio que los hijos generalmente hacen lo que ven hacer a sus padres. Este es un diseño de parte de Dios que opera en el alma (emociones, pensamientos, voluntad) y determina en gran parte la conducta de las personas.

Espiritualmente es igual; estamos diseñados para ser transformados por nuestro Padre Eterno en la medida que nos relacionamos con El y nos hacemos íntimos por medio de la comunión diaria:


"Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta 
como en un espejo la gloria del Señor, 
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, 
como por el Espíritu del Señor."
2 Corintios 3:18

Tu espíritu y el mío gozan de la conexión directa con el Espíritu Santo desde el día que creímos el evangelio (Ef 1: 13), y esto permite que nuestros espíritus crezcan bajo el mismo diseño de desarrollo que tiene la conducta: por imitación. Tu y yo somos hijos de Dios así como Jesús, y en vista que El no hace sino lo que ve hacer al Padre, así sucederá en cada uno de nosotros a nivel profundo. Aunque no sintamos nada ni entendamos mucho como funciona, nuestra comunión con Dios activa un proceso de imitación espiritual; tu espíritu y el mío imitan al Espíritu de Dios progresivamente dando cabida al proceso de transformación ya mencionado y el perfeccionamiento por parte de "aquel que comenzó la buena obra en vosotros".

Señor Jesucristo. Enséñame a tener una comunión más profunda contigo y que mi espíritu se sumerja cada vez más profundamente en las aguas de tu Espíritu para que nunca se detenga mi perfeccionamiento en ti. 

Amén.

Pr Alejandro Gil Sánchez
mision.sembradores@gmail.com

jueves, 5 de marzo de 2015

Reflexión Bíblica: ¿Honras a Dios o tienes una religión?

¿Honras a Dios o tienes una religión?



Reflexión:

La esencia del cristianismo no reside en la práctica de una religión, sino en la práctica de una honra verdadera al Señor Jesucristo. Esta honra solo es posible si el “cristiano” se ha consagrado a Cristo en espíritu, alma y cuerpo; y su identidad está basada en la verdad de Las Escrituras, comprendiendo que dicha identidad se resume en una palabra: SACERDOCIO.


Allí Moisés subió a encontrarse con Dios, pues el Señor lo llamó desde el monte y le dijo: Anúnciales estas mismas palabras a los descendientes de Jacob, a los israelitas: -Ustedes han visto lo que yo hice con los egipcios, y cómo los he traído a ustedes a donde yo estoy, como si vinieran sobre las alas de un águila. Así que, si ustedes me obedecen en todo y cumplen mi alianza, serán mi pueblo preferido entre todos los pueblos, 
pues toda la tierra me pertenece. Ustedes me serán un reino de sacerdotes
un pueblo consagrado a mí.- Diles todo esto a los israelitas.” 
Éxodo 19: 3-6

Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa.” 
1 Pedro 2: 9


Fuimos llamados por Dios para honrarlo y para rendir tributo a El con toda nuestra vida: Trabajo, conocimientos, tiempo, bienes, sueños, palabras, pensamientos, etc. Cada respiración es una oportunidad de servir al Dios Altísimo y convertirnos en sus instrumentos.

En el texto de Malaquías, Dios reprende a los sacerdotes de Judá que en aquel tiempo se estaban tomando su papel muy poco en serio, honrando al Señor con lo primero que conseguían y poniendo en vergüenza el santo nombre de YHWH (Jehová / Yahvé). A veces los hijos de Dios olvidan que su llamado no es a practicar una religión sino a ejercer el sacerdocio para El, y terminan honrándolo mediocremente, enfocando “su fe” en cumplir normas religiosas, pero viviendo muy lejos de la voluntad que El Todopoderoso dejó consignada en Su Palabra e ignorando la dirección del Espíritu Santo.


“Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios
que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva,
santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer.”
Romanos 12:1 (DHH)




Pr Alejandro Gil Sánchez.
mision.sembradores@gmail.com