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martes, 2 de septiembre de 2014

Gálatas 6. Reflexión Bíblica

Un creyente responsable


Lee hoy: Gálatas 6: 1-10.

Reflexión:

Debido a nuestra naturaleza caída y nuestra pasada manera de vivir, aprendimos a jugar con la culpa y el dedo señalador; usábamos a conveniencia subjetivos códigos morales y generalmente eramos responsables de lo bueno que nos sucedía pero “los demás eran culpables” de nuestros fracasos y errores.

Como leemos en el texto de hoy; que nadie nos engañe imputándonos culpas que no son nuestras y que tampoco nadie nos engañe haciéndonos creer que “nada pasará” si sabemos “hacer bien las cosas” cuando del pecado se trata. Todo lo que una persona siembre, le producirá un fruto; para algunos serán bendiciones y para otros dificultades. No sigamos usando esas viejas mañas del viejo hombre, del que estaba muerto espiritualmente; seamos sensatos y asumamos la responsabilidad de lo que estemos enfrentando hoy día, inclusive si es un fruto presente de pecados cometidos antes de estar en Cristo, pues algunas situaciones son grandes maquinarias de eventos que nosotros mismos desencadenamos a causa de la desobediencia a Dios por nuestra naturaleza pecaminosa. Que el Espíritu Santo refresque nuestras memorias, pues dijimos muchas necedades (usamos nuestra boca para maldición, murmuración, mentira, groserías, etc), fuimos injustos con muchas personas, defraudamos la confianza de alguien, tomamos lo que no nos correspondía, fuimos infieles al único Dios verdadero; tal vez nos untamos de las tinieblas con el horóscopo, la tabla ouija, la lectura del tarot, la magia “blanca” o “negra”, en fin... Dios es tan lleno de gracia para con nosotros que nos ha salvado y está limpiándonos día a día para que se cumpla lo que está escrito:

Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.” (Filipenses 1: 6. NTV).

No sigas buscando culpables por las dificultades actuales, mejor conéctate con Dios, arrepiéntete de los pecados cometidos y los que estás cometiendo, y espera que El Eterno te enseñe a vivir justamente para que todo proceso formativo del Señor para tu vida cumpla su propósito. Recuerda que recogemos lo que sembramos por que Dios no puede ser burlado.

Por otro lado, ten en cuenta que toda buena obra (lo bueno según La Palabra de Dios) dará un fruto de bendición en tu vida en el tiempo y a la manera de Dios. No desmayes, haz lo bueno una y otra vez, pues Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Señor Jesucristo, enséñame a ser responsable de mis actos, a amar tu voluntad y a ser un buscador de bendiciones conforme a las Escrituras. Amén.





Alejandro Gil Sánchez.

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